Episodio 200: 200 episodios juntos. Un recorrido por los temas y entrevistas de El Podcast de las Ventas

Ni más, ni menos que 200 episodios… ni yo misma me lo creo.

¿Da trabajo? Ohh, yes, mucho, de hecho.

¿Me divierto? Of course, creo que si no me divirtiera y, sobre todo, aprendiera haciéndolo, probablemente, lo dejaría.

¿Me da dinero el pódcast? Pues no, no creas que gano dinero con el pódcast, es más, genera gastos, aun así, me sigue mereciendo la pena.

El miércoles día 1 de noviembre, el miércoles de esta semana, hice un directo en Instagram, con una psicóloga experta en duelo, y además amiga. Al acabar el directo, nos fuimos a comer para celebrar la vida, ya que en el directo (te dejo aquí el enlace: https://www.instagram.com/reel/CzGkcsDNCk8/?igshid=MzRlODBiNWFlZA==) decidimos hablar de la muerte, desde luego el día era el apropiado.

Pues bien, en la comida, Ana me dijo, ¿cómo lo haces?, ha sido una entrevista genial, y la verdad, es que no puedo contestar con algo elaborado, lo cierto, es que me surge, y ya está.

Venga, bah, lo preparo, los directos un poco menos que los pódcast, y en este caso, siendo amiga, es más fácil, no te lo voy a negar.

La verdad es que es cierto que la experiencia es un grado, y 200 episodios, no sé cuantas entrevistas realizadas, ya sea a invitados o que me hayan hecho a mí, junto con años de escucha de otros pódcast, te dan tablas.

Aunque sigo pensando que el disfrute es más que un plus.

Quería haber hecho algo especial para el episodio 100 o el 111, pero no me surgió, sin embargo, al llegar al 200, es todo un número para celebrar, agradecer, reflexionar y recapitular.

No tengo el cálculo exacto en minutos, aunque una aproximación podría ser una media de 35 minutos por episodio, 7000 minutos, que se dice pronto, casi 117 horas…

Sí, tengo «rollo», lo sé, a veces hasta me sorprendo a mí misma cuando grabo un episodio, en los que solo hablo yo, y al terminar veo: 38 minutos

What? Pero si me habría gustado decir más y se me ha pasado el tiempo volando.

Creo que el tiempo se pasa volando cuando haces lo que te gusta de verdad.

Lo he contado en anteriores ocasiones, mi idea de hacer un pódcast surgió más de seis meses antes de sacarlo a la luz.

He tenido que luchar con mis propios demonios y síndromes del impostor.

Te suena eso de ¿Quién soy yo para hacer…?, pues sí, aquí doña humana, también lo tuvo, y lo sigo teniendo, solo que ahora lo veo llegar y le pongo un café en la mesa para ver si llegamos a un acuerdo.

Ni te cuento lo que fue decirle a la familia que tenía un pódcast… ¿Un po-qué?

Ni la vergüenza que me daba que vosotros, compañeros de profesión, clientes y también, en ambos casos, amigos, supierais lo que estaba haciendo.

Y lo cierto, es que el pódcast, sin lugar a dudas, cambió mi vida, de los pies a la cabeza.

Si alguien me hubiera dicho que sería el detonante del tsunami de cambios maravillosos y dolorosos, algunos, que iba a suponer, le habría invitado a una tila (el café sólo para el síndrome del impostor) para que se tranquilizase, y seguro que habría afirmado, incluso rotundamente, que era imposible… ya sabes, nunca digas de esa agua no beberé… que te bebes el manantial enterito.

Y desde luego una de las cosas que recuerdo con más cariño, fue la evolución que experimentaron mis padres, en concreto, mi padre, cuando se animó a escucharlo, y luego a ver los vídeos en YouTube.

Tardé en enterarme de que hasta animaba a la panadera a escuchar el pódcast, no me lo dijo directamente, pero indirectamente sí, estaba orgulloso de lo que estaba haciendo, y eso que, para él, contar lo que uno sabe es perder valor.

Ah, papá, papá, gracias también por esto, eres una de las razones de continuar con el pódcast.

Tranquilidad, no me pongo más sensible, aunque permitirte ser sensible es saludable, y no, ser sensible no es ser débil, ni mucho menos.

Lo dicho, quería hacer ese episodio especial para el número 200, y lo escucharás este domingo en tu plataforma de podcasting favorita, el martes en YouTube, y el miércoles publicaré aquí un pequeño extracto.

En este episodio hago un balance de los temas tratados, y la verdad, que son un montón, no puedo ni enumerarlos, 200 episodios… y también hay pequeños extractos de algunas de las entrevistas, hacerlo de todas habría sido inviable, y para terminar mi reflexión final.

La verdad, es curioso como al prepararlo y revisar entrevistas del año 2020, no solo he visto la evolución del logo, que también, sino la mía propia, incluso viendo los fondos, he podido recordar en qué etapa de mi vida estaba y como he evolucionado, cambiado y mejorado.

Porque sí, en resumen, creo que ahora estoy mejor que hace 200 episodios, mentalmente más fuerte, más sabia, más experiencia, más contactos, más facilidad y fluidez, más organización, más estructura…

Y para que te hagas una idea de la evolución, en el episodio 1 vivía en medio del bosque, en Galicia, estaba casada y trabajaba por cuenta ajena, en el episodio 200, vivo en Madrid, estoy divorciada y soy emprendedora y empresaria… total, poco cambio…

Gracias por este gran aprendizaje continuo que es el pódcast, gracias a ti, de verdad, por estar ahí y apoyarme, animarme y motivarme.

Gracias a todos los entrevistados que han donado su tiempo y conocimiento con gran generosidad (y atentos, que vienen curvas, stay tunned para los siguientes capítulos).

Gracias, gracias, gracias

Feliz fin de semana y feliz vida

Un abrazo enorme y de corazón, de esos de más de 8 segundos que son los que dicen que generan oxitocina.

¡Nos vemos en el próximo episodio

Y como siempre, puedes seguir en contacto conmigo en:

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